El desarrollo sostenible ya dejó de ser una tendencia, para convertirse en una obligación. Desde hace más de 50 años se planteó como una necesidad para garantizar que las nuevas generaciones puedan vivir de la misma manera o incluso mejor que lo que vivimos en la actualidad. Esto debido a que la población ha venido creciendo y la forma ilimitada en la que estamos consumiendo los recursos naturales está poniendo en riesgo el futuro de la humanidad.
¿Quien es el responsable?
Lograr un desarrollo de manera sostenible es un asunto económico, social, ambiental y de buen gobierno que implica acciones concretas en todos los sectores y agentes de la sociedad.
En este contexto, el sector de logística y transporte se enfrenta al desafío de incorporar criterios de sostenibilidad en el desarrollo de su negocio, pues el transporte es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del calentamiento global. Un incremento de más de 1,5 grados centígrados en la temperatura del planeta generaría impactos irreversibles.
De acuerdo con el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) el transporte contribuye con el 14% del total de las emisiones (ver gráfico). Y según señala la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, el 95% de la energía usada en el transporte mundial proviene de combustibles a base de petróleo, principalmente gasolina y diésel, que son quemados para el transporte por carretera, ferrocarril, aire y marítimo.
Emisiones mundiales de gases de efecto invernadero por sector económico
¿Cómo reducir la emociones?
Para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el IPCC elaboró un listado de recomendaciones que se exponen a continuación:
- Cambio de combustible. Usar fuentes alternativas como biocombustibles, energías renovables como la eólica y la solar o combustibles fósiles menos intensivos en CO2.
- Uso de diseño, materiales y tecnologías avanzadas. Por ejemplo, los vehículos híbridos y eléctricos pueden almacenar la energía del frenado y utilizarla para generar energía más adelante.
- Mejorar prácticas operativas. La adopción de algunas buenas prácticas como evitar aceleraciones y frenadas rápidas, y respetar los límites de velocidad pueden minimizar el uso de combustible.
- Reducir la demanda de viajes. A través de la planeación urbana es posible reducir las distancias que deben recorrer los transportes y hacer los viajes más eficientes.
Logística inversa para cerrar el ciclo ¿qué es?
Como su nombre lo indica, la logística inversa hace referencia al proceso que tiene lugar del comprador o consumidor al productor. Existen dos tipos: una para las devoluciones y otra como un mecanismo de logística ‘verde’. El objetivo de esta última es cerrar el ciclo, es decir, hacer una adecuada disposición final de los residuos que generó el producto. Esta alternativa le permite al fabricante reciclar y recuperar materiales para reutilizarlos, lo cual al final significa un menor impacto ambiental y la reducción en el uso de recursos.